Tus flores durarán más
Flor cortada. Elegir el mejor momento para cortar las flores. Las horas más tempranas de la mañana y los últimos minutos de la tarde son los mejores momentos para cortar la flor, ya que los tejidos se encuentran más turgentes. Con el aumento de temperaturas las flores pierden el agua y si las cortamos en ese momento aguantarán menos tiempo frescas.
La elección del recipiente es importante, tiene que tener agua suficiente para todas las flores y debe ser suficientemente amplio para que la luz llegue bien a cada una de ellas. Es decir, el tamaño del jarrón debe ser proporcional al tamaño del ramo.
Una vez cortadas tenemos que tener especial cuidado con el tallo de la flor. Hay que evitar que el corte de la parte inferior del tallo se aplaste o que esté ligeramente podrido, ya que estas circunstancias perjudicarán su adecuada conservación. Cada día haremos un pequeño corte en el extremo de unos dos centímetros con unas tijeras, procurando siempre no deformar o aplastar el tallo.
Las flores cortadas tienen que ponerse siempre en agua limpia y renovarla cada vez que se ensucie. Al ser cortada la flor pierde sus hojas y raíces por lo que pasa a depender del oxígeno disuelto en el agua para vivir. Renovando el agua nuestra flor se mantendrá en buen estado mucho más tiempo.
Existen productos de jardinería que si son añadidos al agua matan a las bacterias que podrían acelerar la putrefacción del agua pero también funciona añadir una aspirina.
Es muy importante retirar los restos de flores marchitas o las hojas pasadas, ya que al caer en el agua se pueden pudrir y activar el proceso de descomposición de la flor.
También es muy importante el lugar donde colocaremos nuestras flores, ya que los ambientes secos, con corrientes de aire o donde da el sol directamente a las flores contribuyen a resecar antes los tejidos y a que envejezcan más rápidamente.
Bulbos. Una vez que nuestras plantas bulbosas han florecido empieza el trabajo para mantener los bulbos en buen estado para la siguiente temporada.
Lo primero que debemos hacer es continuar regando con normalidad los bulbos. Una vez florecida y con las hojas aún verdes este tipo de planta empieza a almacenar nutrientes para resistir hasta la siguiente primavera o verano.
Cuando la parte aérea de nuestros bulbos (hojas y ramas) se sequen completamente desenterramos los bulbos para guardarlos y protegerlos de las heladas del invierno. con mucho cuidado para evitar dañar el bulbo. Si el bulbo está plantado en un jardín, utilizaremos una pequeña azadilla y si está plantado en una maceta la voltearemos para sacarlos.
Retiramos la tierra de los bulbos y los limpiamos con agua, sólo si es necesario y en el caso de que la tierra no se desprenda completamente de ellos, dejándolos secar en un lugar seco y a la sombra, evitando que les de el sol.
Cuando los bulbos estén secos y limpios los guardamos etiquetados escribiendo tipo de bulbo y color de la flor, ya que en unos meses serán difícil recordar cuál es cuál.
Por último los espolvorearemos con un fungicida y un insecticida para evitar deterioros durante su almacenamiento.
